El sistema circulatorio, también conocido como sistema cardiovascular, es el centro de la vida de un organismo. Más que un sistema de tuberías, es un complejo entramado de órganos y tejidos que trabajan juntos para mantener la salud y el bienestar del cuerpo. En este artículo, nos adentraremos en los detalles de este fascinante sistema desde el punto de vista de la medicina veterinaria.
Anatomía del Sistema Circulatorio
El sistema circulatorio consta de tres componentes esenciales: el corazón, los vasos sanguíneos y la sangre.
El corazón
El corazón, un órgano muscular hueco, consta de cuatro cámaras: dos aurículas en la parte superior y dos ventrículos en la parte inferior. Las aurículas reciben la sangre que regresa al corazón, mientras que los ventrículos la bombean fuera del corazón. Las válvulas cardíacas, situadas entre las cámaras, garantizan que la sangre fluya en una sola dirección.
El corazón es el motor de este sistema, impulsa la sangre a través de una vasta red de vasos sanguíneos que se extienden desde la cabeza hasta la cola de un animal.
Ciclo cardiaco
El ciclo cardíaco es un proceso que comprende todas las actividades que el corazón realiza para bombear sangre al cuerpo y los pulmones. Este ciclo se compone de dos fases principales: la diástole y la sístole.
- Diástole: Durante la diástole, el corazón se encuentra en un estado de relajación. Aquí, tanto las aurículas como los ventrículos están relajados y las válvulas auriculoventriculares (tricúspide y mitral) están abiertas. Esto permite que la sangre fluya desde las venas (venas cava y pulmonares) hacia las aurículas y luego hacia los ventrículos. Esta fase termina cuando las aurículas se contraen (auriculostolia) para completar el llenado de los ventrículos.
- Sístole: Esta es la fase de contracción del corazón. Comienza con la contracción de los ventrículos (ventriculostolia), lo que provoca el cierre de las válvulas auriculoventriculares para evitar el reflujo de sangre a las aurículas. Luego, las válvulas semilunares (aórtica y pulmonar) se abren para permitir que la sangre sea expulsada desde los ventrículos hacia la aorta y las arterias pulmonares. Finalmente, las válvulas semilunares se cierran para prevenir el reflujo de sangre a los ventrículos, y el ciclo vuelve a comenzar con la diástole.
Este ciclo cardíaco está regulado por un sistema de conducción eléctrica que incluye el nodo sinusal, el nodo auriculoventricular, el haz de His y las fibras de Purkinje. El nodo sinusal genera un impulso eléctrico que se propaga a través de las aurículas, provocando su contracción. Este impulso llega al nodo auriculoventricular, desde donde se transmite al haz de His y las fibras de Purkinje, lo que resulta en la contracción de los ventrículos.
En resumen, el ciclo cardíaco es un proceso constante de relajación y contracción que permite al corazón bombear sangre a todo el cuerpo. Cada ciclo incluye una fase de llenado (diástole) y una fase de expulsión (sístole), y está regulado por el sistema de conducción eléctrica del corazón.
Los vasos sanguíneos
Los vasos sanguíneos se dividen en tres tipos: arterias, venas y capilares.
- Las arterias transportan la sangre rica en oxígeno desde el corazón a los tejidos del cuerpo.
- Las venas devuelven la sangre pobre en oxígeno al corazón.
- Los capilares, los vasos más pequeños, facilitan el intercambio de oxígeno, nutrientes y desechos entre la sangre y los tejidos.
Grandes vasos del corazón
Los grandes vasos del corazón son fundamentales para la circulación de la sangre. A continuación, se presenta un resumen de estos vasos:
- Vena Cava Superior e Inferior: Estas son las venas más grandes del cuerpo y retornan la sangre desoxigenada desde el sistema circulatorio al corazón. La vena cava superior recoge la sangre de la parte superior del cuerpo (cabeza, cuello, brazos y parte superior del tórax), mientras que la vena cava inferior recoge la sangre de la parte inferior del cuerpo.
- Aurículas y Ventrículos: Aunque no son vasos per se, las aurículas y los ventrículos son cámaras del corazón que juegan un papel crucial en la circulación de la sangre. Las aurículas reciben la sangre que entra al corazón, y los ventrículos la bombean hacia fuera. La aurícula derecha recibe la sangre de las venas cavas, y la aurícula izquierda recibe la sangre del pulmón a través de las venas pulmonares.
- Arteria Pulmonar: Esta arteria se divide en dos (derecha e izquierda) y transporta la sangre desoxigenada desde el ventrículo derecho hacia los pulmones, donde se oxigena.
- Venas Pulmonares: Son las encargadas de transportar la sangre ya oxigenada desde los pulmones hacia la aurícula izquierda del corazón.
- Aorta: Es la arteria más grande del cuerpo. Recibe la sangre oxigenada del ventrículo izquierdo y la distribuye al resto del cuerpo a través de su extensa red de ramificaciones arteriales.
Todos estos vasos trabajan en conjunto para mantener la circulación de la sangre y garantizar la entrega de oxígeno y nutrientes a todas las partes del cuerpo, y la eliminación de dióxido de carbono y otros productos de desecho.
La sangre
La sangre es el medio de transporte del sistema circulatorio. Está compuesta por una parte líquida llamada plasma y una parte sólida que incluye glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas. Los glóbulos rojos transportan oxígeno, los glóbulos blancos luchan contra las infecciones y las plaquetas ayudan en la coagulación de la sangre.
Componentes de la sangre
- Glóbulos rojos (eritrocitos): Son las células más numerosas en la sangre y tienen la función principal de transportar el oxígeno desde los pulmones a todas las células del cuerpo y recoger el dióxido de carbono para llevarlo de vuelta a los pulmones, donde se exhala. Los glóbulos rojos contienen una proteína llamada hemoglobina que es la que se une al oxígeno.
- Glóbulos blancos (leucocitos): Son células que forman parte del sistema inmunológico y su función es defender al organismo contra las infecciones. Hay varios tipos de glóbulos blancos, cada uno con una función específica en la lucha contra diferentes tipos de microorganismos o sustancias extrañas.
- Plaquetas (trombocitos): Son fragmentos celulares que juegan un papel crucial en la coagulación de la sangre. Cuando hay una lesión y se produce un sangrado, las plaquetas se agrupan en el lugar de la herida para formar un coágulo y detener el sangrado.
- Plasma: Es la parte líquida de la sangre, que constituye alrededor del 55% del volumen total de la sangre. El plasma es mayoritariamente agua, pero también contiene proteínas, sales, hormonas y nutrientes. Las células y las plaquetas se suspenden en el plasma.
Fisiología del Sistema Circulatorio
La circulación de la sangre sigue un patrón específico. El ciclo comienza en el corazón, donde la sangre pobre en oxígeno llega a la aurícula derecha desde el cuerpo. Esta sangre pasa al ventrículo derecho y luego es bombeada a los pulmones a través de la arteria pulmonar. En los pulmones, la sangre se carga de oxígeno y se deshace del dióxido de carbono, un producto de desecho. La sangre rica en oxígeno regresa al corazón, entrando en la aurícula izquierda, pasando al ventrículo izquierdo y luego es bombeada a través de la aorta al resto del cuerpo.
El aparato circulatorio es un sistema doble y cerrado, dónde el corazón actúa como un motor que bombea la sangre para que se mantenga en circulación. Los dos circuitos que forman este sistema doble son:
- Circulación menor: entre el corazón y los pulmones. La sangre procede del corazón, libera el dióxido de carbono que ha recogido del organismo y capta oxígeno procedente de la respiración; a continuación, regresa al corazón.
- Circulación mayor: entre el corazón y el resto del organismo. La sangre oxigenada procedente de los pulmones sale impulsada del corazón. Una vez completada la circulación, regresa a través de las venas.
Funciones del Sistema Circulatorio
El sistema circulatorio cumple numerosas funciones vitales. Transporta el oxígeno y los nutrientes a las células del cuerpo, lleva los desechos celulares y el dióxido de carbono a los órganos de eliminación, y distribuye las hormonas y otras sustancias químicas señalizadoras. También desempeña un papel crucial en la defensa del cuerpo contra patógenos y lesiones.
En este circuito, además de los intercambios que se producen en cada célula, hay otras dos funciones importantes:
- La captación de nutrientes procedentes del aparato digestivo.
- La filtración de la sangre por el aparato urinario.
El aparato circulatorio, por lo tanto, tiene una relación constante con las células y con algunos de los principales aparatos del organismo, lo cual hace que la sangre resulte un material de análisis de gran interés, porque nos permite detectar patologías y alteraciones en todo el organismo.
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